viernes, 15 de febrero de 2008

La ciudad vigilada.- Javier Otaola


La ciudad vigilada

(Fuente EL PAIS.- El Pais. 8 de septiembre de 2007)


Me comentaba no hace mucho un buen amigo que había observado con cierta inquietud que –en una mediana ciudad como Vitoria- en el trayecto desde su domicilio al trabajo había diecinueve cámaras de video-vigilancia instaladas en oficinas de inmobiliarias, joyerías, Bancos, grandes almacenes, semáforos y controles de tráfico. Sin embargo esto no es nada comparado con lo que sucede entre nuestros queridos vecinos de la rubia Albión.


En el Reino Unido hay instaladas –oficialmente- 4 millones de cámaras de seguridad, una por cada 15 habitantes, y un londinense suele ser captado aleatoriamente por las cámaras unas 300 veces al día. ¡En un barrio de Londres se han establecido cámaras camufladas cerca de los colectores de residuos para vigilar sobre cuándo y dónde se tiran las basuras¡Los sistemas de video-vigilancia (siglas en inglés CCTV Circuito Cerrado de Televisión) comenzaron a desarrollarse a mediados del siglo pasado XX para mejorar la seguridad de los bancos.



Hoy en día la tecnología CCTV se ha desarrollado hasta tal punto que ya es factible técnica y económicamente su instalación incluso para la seguridad doméstica y la vigilancia de los niños o incluso para la prevención de la violencia de género.


Seguramente no es casualidad que los sistemas de videovigilancia se hayan desarrollado enormemente en el Reino Unido ya que se trata de una tecnología muy adecuada para hacer frente a la amenaza terrorista, y los británicos han vivido bajo la amenaza del terrorismo del IRA durante décadas y ahora son uno de los objetivos predilectos del terrorismo islamista. Por otro lado el sistema de garantías británico es un valor consolidado e interiorizado por la ciudadanía y hay una gran confianza del público en el uso adecuado de dicha tecnología por parte de Scotland Yard.Un informe del Ministerio del Interior británico –Home Office- con el sugestivo título de "CCTV: Looking Out For You" (1994) valoró muy positivamente la eficacia de estos sistemas y abrió paso a un incremento masivo del número de CCTV instalados.



Hoy en día estos sistemas cubren la mayor parte de los pueblos y centros de ciudades, edificios publicos, aeropuertos, estaciones, parkings, urbanizaciones, centros comerciales, autopistas.Las últimas investigaciones en materia de videovigilancia están trabajando en una especie nueva de cámaras: dome cameras o cámaras bóveda que desde un monitor colocado en una torre pueden computerizar imágenes de diferentes CCTV´s de modo que un operador humano puede llegar a controlar de una manera selectiva un gran número de CCTV’s.



Este sistema de captación selectiva trabaja sobre la idea de que las personas cuando nos movemos en el espacio público solemos actuar de una manera predecible, con un ritmo, una velocidad y una trayectoria determinadas de tal modo que pueden distinguirse fácilmente las conductas anómalas: correr, separarse del grupo, merodear… por ejemplo, los ladrones de coches no actúan como el resto de la gente sino que se mueven de una manera furtiva, alejándose de la masa, ocultándose o acercándose repentinamente a los vehículos, en definitiva pautas que los hace fácilmente distinguibles y que permiten a un programa de ordenador detectarlas.
El argumento de que las cámaras reducen o disuaden del delito -aunque parece razonable- no está aún claramente establecido por estudios científicos independientes, aunque los Gobiernos parten de la idea de que cuando son correctamente usadas en efecto disuaden del delito y no sólo lo desplazan. Un resultado que sí está acreditado es que en los parkings ha descendido el número de delitos relacionados con los coches. Videovigilancia se han instalado también en taxis para eliminar la violencia contra los conductores y en furgonetas móviles de la policía. En el caso de la Ertzaintza por decisión del Consejero Javier Balza se han instalado cámaras en el interior de las Comisarías para evitar los casos de abusos policiales, y las cámaras han permitido –con intervención judicial- detectar supuestos aislados de abusos policiales en una comisaría de los Mossos de Escuadra. En algunos casos las CCTV se han convertido en objeto de agresiones y ataques En Midelesborough –Inglaterra- se han instalado recientemente cámaras parlantes en el centro de la ciudad que avisan de su presencia para disuadir de la comisión de delitos.A finales del 2006 se han dado a conocer en el Reino Unido nuevas tecnologías desarrolladas con el uso de micrófonos en coordinación con CCTV´s que aumentan la capacidad de seleccionar y captar información de una manera aún más eficaz. Se puede detectar a una persona gritando de una manera agresiva y a partir de ese dato lograr que la cámara enfoque y grabe automáticamente mediante un zoom la escena. Esta tecnología evidentemente aumenta la capacidad de control de este tipo de cámaras y compromete la intimidad personal ya que puede permitir grabar conversaciones privadas a una distancia de hasta cien metros.



A nadie se le escapa la potencia de este tipo de tecnologías si además asociamos las CCTV’s en espacios públicos a bases de datos de fotografías y a fichas de identidadEl pasado día 8 de julio el presidente francés Nicolas Sarkozy ha anunciado en los medios de comunicación que ha pedido a la Ministra de Interior Michèle Alliot-Marie la preparación un vasto plan de instalación de cámaras –CCTV, o Circuitos Cerrados de Tele-Visión- en la red de transportes públicos para combatir la amenaza terrorista. "Hay 25 millones de cámaras en el Reino Unido, 1 millón en Francia. Estoy muy impresionado por la eficacia de la policía británica gracias a esta red de cámaras” –dijo Sarkozy.



Es evidente que la lucha contra el terrorismo puede exigir medidas extraordinarias: defender la vida y la integridad física de los ciudadanos puede suponer asumir ciertas restricciones, y así lo declaró en su momento el propio Tony Blair en sus declaraciones después de los atentados del 7 de Julio en Londres, pero en aquellas declaraciones se manifestó asimismo la voluntad política del Premier británico de que los terroristas no lograrían cambiar nuestro modo de vida y nuestras instituciones políticas. Es importante tener en cuenta también esta reflexión para no sacrificar nuestra libertad en aras de la seguridad.



En esto como en tantas cosas es determinante el juego de balanzas y controles que rigen en Democracia el ejercicio del poder, incluso presuponiendo la buena voluntad de ese poder. Después de las bombas del 7/7 en Londres, registros de videovigilancia fueron utilizados para identificar a los terroristas. Los media se sorprendieron de que muy pocos trenes de metro tuvieran CCTV, y hubo solicitudes para que estas se incrementaran. Todo indica que las nuevas tecnologías de videovigilancia van a formar parte de nuestra vida cotidiana y que terminaremos considerando esos curiosos artefactos como un elemento más del paisaje urbano del mismo modo que las farolas, los buzones o los semáforos, pero no podemos perder de vista que se trata de un potente instrumento de control personal y por lo tanto debe ser a su vez estar sometido a limitaciones y garantías para evitar el uso indebido del mismo.



Llegará quizá el día en el que no será posible caminar ó conducir anónimamente por la ciudad y se perderá una de las características que hasta el día de hoy precisamente ha caracterizado la vida urbana.

Javier Otaola.- Amor y violencia


Amor y violencia



En todos los casos de violencia contra las mujeres de la que los medios nos informan con una regularidad macabra se asocian sentimientos y violencia: se habla de agresiones cometidas por el compañero sentimental, el marido, la pareja. Siempre que escucho o leo esas noticias me vienen a la mente los momentos felices que esas parejas vivieron, aquellos días en los que no sospechaban que los negros humores del odio fueran a ahogar su amor y a acabar en derramamiento de sangre.


Me pregunto siempre “¿estaba ya latente en aquél “amor” original el germen de violencia que ha acabado con la vida de esas mujeres?”Parece que nos encontramos ante una epidemia de violencia sentimental, una violencia que en muchos casos es suicida, ya que el asesino termina también en ocasiones con su propia vida, lo que demuestra la pulsión de muerte que envuelve cierto tipo de “relaciones amorosas” y todo esto nos remite a la cuestión última ¿qué clase de “amor” es ese que puede llevar a la violencia y a la muerte?



El genial Flaubert en su novela La Educación Sentimental (1868), pretendió realizar lo que Georg Lukács llamó más tarde la “novela psicológica de la desilusión” y así de alguna manera prevenir a la juventud francesa respecto del tipo de sentimentalismo que se cultivaba en la novela romántica, algo parecido a lo que nuestro genial Cervantes quiso hacer con el Quijote y las novelas de caballería.
Parece que ya las autoridades educativas de la Unión Europea han comprendido el carácter fundamental de nuestra educación sentimental, que está en la actualidad en las manos de los letristas de la música pop, y ha desarrollado un denominado Programa Sócrates Comenius – Educación sentimental con la finalidad de “ Educar a las niñas y niños a reconocer, aceptar y respetar la complejidad de su mundo sentimental y del de los otros y además educar a las niñas y niños a descubrir, en los testimonios culturales de las generaciones anteriores a la suya, la continuidad y la evolución de temas relacionados con la expresión y el análisis del mundo sentimental.



Ese programa educativo, como no podía ser de otro modo utiliza materiales literarios, ya que la literatura: novela, -que en francés se dice “roman”- poesía, baladas…-trata en última instancia de la urdimbre de nuestra vida, y en uno de sus niveles para alumnos y alumnas de cierta edad se atreve con el análisis de algunos de los clásico en materia de sentimientos, a saber, la novela Clélie escrita por Madeleine de Scudéry entre 1654 et 1660, en la cual se incluye un capítulo dedicado al Mapa del Amor (Carte du Tendre) en el que se advierte a los que nos aventuramos en el territorio del amor que no todo es llano y cómodo en ese terreno, y de una manera alegórica nos descubre los peligros y dificultades con las que nos podemos encontrar: los celos, las inquietudes, las impaciencias, las alegrías, los disgustos, las murmuraciones, las angustias, las esperanzas, las rebeliones y los sentimientos tumultuosos que a veces nos pueden explotar en el corazón.



Ese programa contiene también un ejercicio de introspección que se desarrolla a través de un cuestionario en el que los alumnos y alumnas se hacen algunas de estas interesantes preguntas, que todos y todas debemos hacernos.Por ejemplo para alumnos y alumnas de 2º Ciclo Primaria - 8 a 10 años: Qué sientes hacia una persona que quieres? Cuando quieres a una persona ¿en que te fijas más? ¿Por qué te harías novio/a de alguien? ¿Cómo te sentirías si la persona que te gusta, le gusta a otra persona? ¿Qué te parece o crees que es el AMOR?


Para alumnos de 1er Ciclo E.S.O. - 12 a 14 años: Cuando se habla de sentimientos, ¿Qué es lo que se te viene a la cabeza?. ¿Te parece que hay igualdad en los sentimientos de hombres y mujeres? ¿Los chicos y las chicas expresan libremente sus sentimientos? Los sentimientos que te gustaría tuviera hacia ti la persona que amas, ¿los tienes o tendrías tú hacia ella? ¿Cómo puede comenzar una relación sentimental?
Y la pregunta más importante: ¿Por qué a veces el amor nos hace sufrir?

En aquellos cursillos prematrimoniales que en nuestra época se nos daban, y que nos parecían un tanto cursis se ensayaba al menos una forma de educación sentimental y se nos iniciaba en la idea -a mi juicio fundamental- de que el amor de pareja, como todo lo que está arraigado en nuestra condición existencial implica un proyecto y no es una empresa baladí, no es una flor silvestre que crece a su aire sino que es un cultivo, y en gran medida una construcción y un propósito para el que se requiere ilusión, pero también realismo. El amor, como la amistad y los afectos, hay que alimentarlos y nutrirlos con aquello que los fortalece: y no se reduce a palabras y a sentimientos vagos. Como nos dice Pablo en su I Carta a los Corintios “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor”. La experiencia nos enseña que el amor, exige paciencia pero no implica sin embargo rebajamiento, ni admite la humillación de modo que ante un “amor” que se presente con pretensiones de sumisión y rendición de juicio estamos en nuestro perfecto derecho de defendernos y de huir porque encierra una trampa de violencia y destrucción.