jueves, 26 de abril de 2007


Ilustración siglo XXI

La Ilustración no es sólo un fenómeno del siglo XVIII. La Ilustración puede definirse en efecto como una época histórica determinada pero puede definirse también como una actividad, como una tarea, y no como algo ya dado o acabado. Son exactas, a mi juicio las palabras de Reyes Mate: "Gracias a su capacidad autocrítica, la Ilustración es algo mas que un episodio histórico con fechas y lugares: es un movimiento o la cultura crítica por excelencia de la emancipación". Ilustración es también acción. Acto: Aufklärung, Enlightement, Ilustración.
Desde luego la Ilustración parte de ese punto de decisión, de arranque: el "sapere aude!" de Kant ,la voluntad de no someterse, de no renunciar al propio entendimiento y a sus riesgos. Pero una vez dado ese salto, la Ilustración no ha concluido, sigue abierta, es siempre un proceso, algo que está "in fieri"; no es casualidad que el momento del nacimiento y formación de la Ilustración, sea el s. XVIII, ese siglo que Ortega llamaba el siglo educador. Se da en el caso de la Ilustración esa dificultad de conceptualizarla; para definirla hay que incurrir siempre en algún tipo de simplificación convencional. Se fijan los límites temporales de la Ilustración entre dos revoluciones: la inglesa de 1.688 y la francesa de 1.789; se añade además una limitación geográfica, nace según la mayoría de los autores, en el Reino Unido, y culmina en Francia, si bien será en Kant (Alemania) donde se hará la mejor síntesis y la más alta teoría sobre la Ilustración .
Así definida y limitada, el contenido concreto de la Ilustración, parece que se identifica fácilmente. La Ilustración sería, por lo tanto, la sustitución de la fe ciega por la razón, el dogmatismo por la tolerancia, la hipocresía y la opresión de un orden social caduco, por la libertad y la felicidad de cada uno. Razón, tolerancia, felicidad, (Ignacio Sotelo), pero ¿No es esto, a pesar de su historicidad, una constante? ¿No es un valor permanente digno de sobrevivir a la pura historicidad del siglo XVIII? ¿No es por ejemplo la Declaración de Derechos del Hombre un logro de filiación Ilustrada? ¿No es la misma idea del Sujeto Humano una idea ilustrada, a la que se opone también personalmente el pensamiento anti-ilustrado, fragmentando la Humanidad en compartimentos estancos de raza, clase, religión o nación?. Si la Ilustración está por una parte sentada en el banquillo acusada por las insuficiencias manifiestas que la ejecución del programa moderno-ilustrado ha demostrado es también acusadora por cuanto su voluntad de esclarecimiento no nos permite conformarnos con ninguna interpretación del presente que quede por debajo de sí misma.
Han pasado demasiadas cosas desde el S. XVIII hasta la fecha como para ser simplemente optimistas. Las Guerras de religiones y de sucesiones en el XVIII, las de los nacionalismos en el XIX y las de las ideologías en el XX . Cada una de esas pasiones y cada una de esas decepciones han sido después de todo un doloroso acto de aprendizaje que nos ha enseñado un aspecto de nuestra realidad colectiva, nos han obligado a escoger, a veces entre lo malo y lo peor, pero esas elecciones, esos actos de voluntad nos han llevado a una realidad desde luego muy deficiente pero en términos siempre relativos de "obra" mucho más elevada, más ancha que en el pasado, quizá uno de los mejores pilares de esa obra de arquitectura moral y política sea la convicción a la que hemos llegado después de tantos avatares y que Antton Pérez Calleja definía así : "No somos libres, ni vivimos en democracia, para Dios sabe qué oscuros designios, ni para construir un país, ni para hacer historia, ni para levantar los planes de una sociedad más justa, sino para poder disponer de nosotros mismos". A partir de esa disposición de nosotros mismos, de esa autodeterminación individual es cuando nos podemos comprometer en una cosa o en otra, pero sería locura comprometernos en una empresa que nos prive o prive a otros de esa capacidad de disponer de sí mismo que tanto nos ha costado conseguir: Intentar hacer compatible las libertades de todos. En palabras de J. Stuart Mill :" La única libertad que merece ese nombre es la de buscar nuestro propio bien, por nuestro camino propio, en tanto no privemos a los demás del suyo o les impidamos esforzarse por conseguirlo. Cada uno es el guardián natural de su propia salud, sea física, mental o espiritual. La humanidad sale más gananciosa consintiendo a cada cual vivir a su manera que obligándole a vivir a la manera de los demás."(Sobre la Libertad)
Hoy sabemos que ese ideal luminoso de la ilustración no es humanamente realizable sino asume también el lado sombrío de lo humano. Las contradicciones, ambigüedades y aspectos oscuros de lo humano no pueden ser dejados de tener en cuenta porque pueden vengarse cruelmente de nuestras buenas intenciones. Los símbolos de claridad y mesura de la Ilustración, pueden y deben completarse con referencias intuitivas y vitales a otras fuerzas que las de la Razón, comprensivas también del aspecto oscuro del ser.
El constructivismo ilustrado se funda en el impulso optimista, pero no ciego, de la razón práctica, en la convicción de que a pesar de la apariencia del Caos hay un Logos ordenador que podemos de alguna manera llegar a entender, pero ese impulso hacia la luz que define el ideal ilustrado originario, hoy no se limita a sí mismo, sino que como dice Eugenio Trías asume hoy también lo cordial, la intuición: no sólo razón, sino razón vital = sabiduría, inabarcabilidad del Logos; parafraseando al Tao: "El Logos que se puede nombrar no es el verdadero Logos".
© Javier Otaola

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